Tiene el lector entre sus manos la segunda y última entrega de un libro que trata de indagar el verdadero núcleo de la doctrina política del catalanismo a partir de sus propios textos. El catalanismo desde un punto de vista doctrinal debe ser colocado entre las filas de lo que se denomina técnicamente la raciología. Un leitmotiv lo guía: el de la amenaza de extinción de una raza, la catalana, y la necesidad, a toda costa, de preservarla. Este es el núcleo doctrinal del catalanismo. El de antaño y el de hogaño. El de antes de la Guerra y el de después de la Guerra. Y lo que nos impide verlo es la eficacia ideológica de la renovación doctrinal y política de lo que debemos denominar con propiedad el pujolismo. Para esta doctrina,la «inmigración» es a la vez un problema, el problema político de Cataluña, y al mismo tiempo una «esperanza», la esperanza de la «construcción/redención» de Cataluña. Para expresarlo de la forma radical, no exenta de ironía, con la que Francisco Caja lo expresa: «el nacionalismo catalán es la espiritualización del canibalismo. El catalanismo es una ideología caníbal. Una tesis atrevida; aún más, provocativa, en sentido literal, que llama, que apela a la contradicción, a su refutación