Podría decirse que el cristianismo es un desafío de comunicación. En un mundo en constante cambio, la propuesta de Jesús tiene un potencial enorme para aportar a que la vida de los hombres y las mujeres del siglo XXI sea más significativa y valiosa.
Podría decirse que el cristianismo es un desafío de comunicación. En un mundo en constante cambio, la propuesta de Jesús tiene un potencial enorme para aportar a que la vida de los hombres y las mujeres del siglo XXI sea más significativa y valiosa.