San Carlos de Foucauld... beatificado por Benedicto XVI y canonizado el 15 de mayo de 2022 por el papa Francisco. Un juerguista, derrochador, pendenciero, mujeriego, expulsado del ejército, ateo... quien tiempo después confesaba sobre su conversión: «apenas supe que había Dios, no quise más que vivir para Él».
Vázquez Borau nos ofrece una nueva semblanza de este hombre de experiencias vitales inacabables. Esta obra no se detiene en analizar la conversión de Carlos de Foucauld, sino que parte de ella, como misterio inefable, para testimoniar la veracidad de la misma, su rotundidad, su absoluta consolidación sin quiebra alguna, su irreversibilidad, a través de las etapas de su vida. El Hermano Carlos es testigo de que «Jesucristo es el Señor de lo imposible»: aquel joven decadente, «más cerdo que hombre» según sus propias palabras, posteriormente encendido en intimidades amorosas con Dios, se entrega a la voluntad del Padre sea ésta la que sea, de modo incondicional, y Él lo conduce a la fraternidad universal, a hacerse último con los últimos, a servir a los que sufren. A entregar la vida en un «apostolado de la amistad», del amor, de la caridad, es decir, del amor de Dios a los otros, a todos los otros, testimoniado hasta el fin.
El nuevo libro de Vazquez Borau, a través de capítulos breves y dinámicos, nos va a conducir a su interior y sus experiencias... la Trapa, Nazaret, Jerusalén, Marruecos, Argelia, los Tuaregs... Sus anhelos espirituales, su obediencia, los influjos sobrenaturales recibidos a través de su prima, «la Sra. De Bondy», del padre Huvelin, la relación con Louis Massignon... Los increíbles vericuetos de la Providencia para hacer su obra en este hombre. Y, por fin, después de una existencia y una muerte prácticamente anónimas para casi todos, el cómo Dios ha providencializado esta vida y esta mediación intercesora para que se opere la conversión de multitudes y para que en el seno de la Iglesia se haya multiplicado esta vocación a la fraternidad universal bajo la seña de su nombre.