Hace casi cien años, san Josemaría recibió un carisma: difundir la llamada a la santidad en medio de las circunstancias ordinarias de la vida. Esto implica santificar todas las dimensiones sociales de la existencia.
El buen cristiano, si vive de acuerdo con su fe, es también un buen ciudadano, que contribuye sinceramente al bien común de la sociedad. Mariano Fazio ofrece una visión sintética del legado social del fundador del Opus Dei. “El cristiano que, coherente con el Evangelio y bien formado en la doctrina social, procura influir en la comunidad, con responsabilidad social, respeto a la libertad de los demás, capacidad de diálogo, espíritu de servicio y compasión activa por los más pobres, es un generador de cambios positivos”.
Siguiendo la línea de Transformar el mundo desde dentro (Palabra, 2019), este breve libro invita a la acción, inspirándose en numerosos textos de san Josemaría que son aplicables al mundo actual, lleno de dolor y sufrimiento, pero abierto también a la esperanza y a la alegría.