Los fenómenos culturales más importantes del siglo XVI en España son el Humanismo y el Renacimiento, sin cuya comprensión resulta ininteligible la historia de nuestro país. Pero estos fenómenos no podrían entenderse tampoco separados de ese grupo social que era entonces depositario de la cultura de unas proporciones casi exclusivas y con una influencia y prestigio social sin parangón: los teólogos. Humanismo y teología, separados durante muchos años, hacen la paz en nuestras universidades y llegan a una fecunda colaboración. Es la generación renacentista de teólogos humanistas que trabajan para aplicar las soluciones del mensaje cristiano a los nuevos problemas científicos, políticos, económicos y sociales planteados aquellos días. Este ¿humanismo teológico integral¿ define los Comentarios sobre la sal del prelado alcañizano Bernardino Gómez Miedes, cuyo prolongado proceso de elaboración, desde los años 40 en París, hasta la publicación definitiva en Valencia en 1579, los convierte en toda una enciclopedia del prodigioso Quinientos europeo. Aunando divulgación científica y buen quehacer literario, el autor, en un latín elegante y ciceroniano, diseña sus comentarios como un discurso hábilmente disfrazado de diálogo, situado en la Roma de 1554. Los protagonistas son Joan Quintana, ávido consumidor de sal, dos colegas antisales y el autor, que adopta el nombre de Metrófilo para evidenciar la postura vital defendida, convirtiendo sus reflexiones en un paseo intelectual (en definitiva, en un ensayo) por un camino lleno de contrastes en el que la diversidad de paisajes motiva abundancia de ideas que emanan con naturalidad del discurso. La colección Palmyrenus ofrece al lector, tras una completa introducción, la primera edición crítica y traducción anotada de esta obra, el primer texto científico dedicado al llamado oro blanco de la Edad Moderna, que le mostrará, además, el universo que puede hallarse en un simple grano de sal.