Estamos en un tiempo límite. Y las situaciones límite ponen a prueba todos los corazones, para despertar, dada nuestra precariedad, el deseo verdadero de Dios y de los bienes eternos. Esto nos da una confianza suprema para vivir. Hoy es un día serio para preguntarnos: “¿Qué quiere el Señor de nosotros?” En esta situación extrema y límite, ¿qué nos está reclamando el Señor? Nos está reclamando que volvamos el corazón a Dios. ¿Es posible la felicidad en este momento de amargura y ansiedad? Evidentemente. Y ¿por qué? ¡Porque la muerte ha sido vencida! Porque Cristo ha resucitado y es Cabeza de una nueva humanidad y de todos aquellos que hemos sido lavados en las aguas del Bautismo. Si seguimos la luz del Resucitado, gozaremos eternamente con Él, por toda la eternidad seremos dichosos con María y con los bienaventurados gozando de la visión de Dios, que lo será todo para todos. Mons. Juan Antonio Reig Plá Quien lea este libro puede tener un magnífico y condensado compendio de vida cristiana. Detrás de tan sabia doctrina y exposición se aprecia que lo que aquí se afirma es fruto de muchas horas de lectura, de meditación, de vivencia, en el sentido más hondo de la palabra, de manera que no se nos da un texto muerto, sino una palabra viva, que nos interpela, que nos impulsa a vivir lo que ya descubrimos en vida en aquel que lo explica. ¡Qué diferencia entre una palabra creída y una palabra vivida!