En la diversidad está la universalidad, la realidad misma de la raza humana. Sin ella no habríamos progresado ni desarrollado el arte, la literatura, la ciencia#, en definitiva, no habría sociedad. El Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) viene a evidenciar la necesidad de tomar conciencia de cómo realmente la educación debe estar al servicio de la sociedad. Con ello se nos abre la puerta a la gran oportunidad que supone la diversidad, para crecer como sociedad, para avanzar y evolucionar. Todo ello lo perdemos cuando el progreso se mide desde el dinero, la productividad y el materialismo. Las clases de Religión católica son una gran oportunidad para apreciar, valorar y conseguir extraer la potencialidad que guarda la diversidad. A través de esta área se desarrolla el ser humano en plenitud, incluida la inteligencia espiritual, también llamada existencial o trascendente, que completa la conocida teoría que desarrolló Howard Gardner.