El ámbito educativo está inquieto, sumido en la incertidumbre y en un cierto desánimo, tratando de buscar de nuevo un sentido consciente que corresponda a su importancia humana y social. No se trata de un ámbito-burbuja aislado del resto de la comunidad, por lo tanto, es lógico que se haya contaminado de esa desorientación general que está latente en nuestros tiempos líquidos.
Cuestiones como la atención, la memoria, la constancia, la superación o el esfuerzo son directa o indirectamente denostadas. Por su parte, las prisas, las urgencias y las ocurrencias sin un porqué van tomando protagonismo. Todo ello unido a un menoscabo de las materias humanísticas, las cuales nos otorgan criterio, nos sitúan en el mundo y nos dotan de una conciencia y de una base ética.
Abandonar la senda de las actitudes que conducen a una educación sólida es imprudente y peligroso, y afecta de forma decisiva al futuro de nuestros alumnos.
Este libro pretende ayudar a recuperar el significado profundo del respeto, la importancia de la atención y la comprensión, la competencia oral y escrita, el nivel académico, la formación cívico-ética. En definitiva, recuperar el sentido común y dotar al cuerpo docente de unos fundamentos y de un apoyo que ilusionen y que impulsen su labor.
Porque en las aulas se siembra la semilla del futuro.