Gracias a Jesús «nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído» en ese amor (Dilexit nos). Cristo nos amó y nos ama con un Corazón como el nuestro, humano, pero además divino. Y de ese amor nada podrá separarnos. Esta es la alegría y la
esperanza del cristiano, abierta a todos los hombres: somos objeto de un amor incondicional.
Este librito nos va a ayudar a redescubrir esta realidad preciosa de nuestra fe y a que vaya “invadiendo” nuestro mundo interior y toda nuestra vida. Porque este amor no es una idea. Como todo amor, llama a una relación, a un Tú a tú… De su Corazón al mío. Vale la pena demorarse en estas páginas; sin prisas. Saborear y meditar estos textos y estas propuestas de los santos y del Magisterio de la Iglesia. Considerar la historia de esta
devoción y descubrir que detrás está el amor de Dios que apasionadamente nos busca, que nos “primerea”.
Del prólogo de D. Pedro Díez-Antoñanzas