El diálogo ocupa un lugar central en la comprensión de la fe. Este libro pretende afirmarlo como don y tarea que ha de vertebrar todo lo que entraña la experiencia de fe del ser humano que busca a Dios. Un diálogo que entabla Dios con su salida al encuentro del hombre por amor y en el amor, acontecimiento fundamental de la existencia.
Un diálogo que puede ser punto de encuentro de la Iglesia con los alejados y los no creyentes. Un diálogo que puede ser en clave interna, lo que según el Papa Francisco tiene que ser una Iglesia en salida, que muestre la esencia de Jesucristo como Palabra eterna que Dios dirige al ser humano. Ojalá que las reflexiones que anidan en esta obra ayuden al lector a pensar el diálogo que establecemos y que nos constituye como personas siendo en comunidad.