Un día, Mateo recibe un regalo inesperado: un spray; pero este inusual regalo, sencillo y aparentemente sin valor, es sorprendente, porque es mágico: cada vez que aprieta el spray, se abre la puerta a su mundo interior, donde puede entrar cada vez que tiene emociones que le hacen sentir mal, y descubrir otras que le calman y le ayudan a enfrentar lo que le produce malestar.