A su llegada a Fátima el 12 de mayo de 1982, un año después de sufrir el atentado, el papa san Juan Pablo II afirmó: «Vi en todo lo que se fue sucediendo, no me canso de repetirlo, una especial protección materna de Nuestra Señora. Y por la coincidencia –y no hay meras coincidencias en los designios de la Providencia divina vi también una invitación y, quizá, una llamada a la atención para el mensaje que de aquí partió, hace sesenta y cinco años, por medio de tres niños, hijos de gente humilde del campo, los pastorcitos de Fátima, como son conocidos universalmente».
Siguiendo esta misma premisa de las no coincidencias de la Providencia, Jorge Fernández Díaz analiza, desde una perspectiva teológica de la historia, los grandes acontecimientos que han marcado el rumbo de las naciones, especialmente desde que se produjo el cambio de una sociedad teocéntrica a una antropocéntrica a partir de la Revolución Francesa y la Ilustración.
Desde la profunda convicción de que Dios es el Señor de la historia y de que Él quiere que todos los hombres se salven, en estas páginas se analizan las grandes apariciones marianas de los dos últimos siglos en Francia, España y Portugal, en el llamado «el tiempo de María» o «la Era de María», pues es a Ella a quien Dios ha encargado la misión de pisar la cabeza de la serpiente y
acudir en auxilio de sus hijos. ¿Quién mejor que Nuestra Señora para llevar a cabo este deseo divino, siendo Ella, como es, Madre de Dios y Madre nuestra?