La esperanza de los cristianos sólo tiene una cosa que ofrecer: la vida eterna. Una vida que no comienza después de la muerte, sino aquí, ahora.
¿Son los cristianos la última esperanza de un mundo que ,ha perdido toda esperanza? La esperanza ha sido su profesión de fe durante dos mil años pero parecen desesperados ante el comienzo del tercer milenio. ¿Qué pasaría si esperar significara primero renunciar a todas las falsas esperanzas? ¿A negarse a idealizar el pasado, y a sublimar el futuro? ¿A la fantasía de una restauración
gloriosa y a la ilusión de una exaltación apocalíptica?
La esperanza de los cristianos sólo tiene una cosa que ofrecer: la vida eterna. Una vida que no comienza después de la muerte, sino aquí, ahora. Es otra forma de vivir, de vivir tu muerte, de morir tu vida. Nunca, sin duda, renacer ha sido tan sencillo, y este libro ayuda a entenderlo.