Los últimos acontecimientos en diversas regiones del globo, como la invasión de Ucrania por tropas rusas, el rebrote de la escalada bélica en Oriente Medio, o los episodios reiterados de inestabilidad institucional en el Sahel y el África Central, nos sitúan ante un momento estratégico especialmente preocupante, que excede con mucho a los peores escenarios que hubiéramos sido capaces de imaginar hace solo una década. Olvidados quedan, víctimas de la tiranía de la cambiante actualidad, conflictos como el de Afganistán o el de Nagorno-Karabaj, y tensiones crecientes en el Golfo de Guinea o en los mares interiores de China, con Taiwán como principal foco de atención. Y todo ello cuando más necesaria es la cooperación internacional, no la confrontación, para abordar los grandes retos globales, sean estos climáticos, del ámbito de la salud, alimentarios, energéticos… Se hace necesario, por tanto, analizar rigurosamente lo que está ocurriendo como condición necesaria para llegar a articular una respuesta acertada a estos escenarios tan demandantes. Un buen punto de partida para conseguir este objetivo no es otro que el de conocer las diferentes Estrategias de Seguridad Nacional de los principales actores del panorama internacional.