El misterio del bien y del mal atenaza toda vida humana. No es posible una existencia en la que el factor ético no esté presente. Se trataría de una vida inhumana o, más bien, a-humana, ya que cualquiera de nosotros, de un modo u otro, debe dar respuesta a la cuestión del bien y del mal. Por eso, los estudios éticos nunca dejan de tener actualidad, ya que cada generación vuelve a preguntarse, desde su peculiar posición en la historia, sobre el sentido y significado del bien y del mal.
Este texto ofrece una renovada reflexión sobre este argumento crucial partiendo de una noción contemporánea de persona y la inspiración de los
escritos éticos de Karol Wojtyla.