En la Alemania del Tercer Reich hubo numerosos opositores que pagaron un alto precio por negarse a apoyar y obedecer ciegamente el ideario nacionalsocialista, en un intento por frenar la loca deriva homicida del régimen. Entre ellos encontramos a muchos católicos, hombres y mujeres animados por una fe inquebrantable en el Evangelio, en cuyo nombre tuvieron el tremendo valor de rechazar la adhesión, mejor dicho, la sumisión silenciosa de la sociedad alemana al poder de la cruz gamada. Maria Angela Autsch, Walter Klingenbeck, Josef Mayr-Nusser, Franz Jägerstätter, Franz Reinisch, Maria Terwiel, Heinrich Dalla Rosa, Eva Buch son algunos de esos héroes y heroínas que entregaron sus vidas por no traicionar sus creencias e hicieron bandera del amor por el prójimo que predicaba Jesucristo. No fueron testigos mudos e impasibles de una época atroz, sino que se atrevieron a contradecir las órdenes del gobierno hitleriano y levantaron su voz contra el horror que les rodeaba.