Aunque la Biblia suele presentarse en un único volumen, está compuesta en realidad por numerosos escritos reunidos a lo largo de más de mil años. Este hecho pone de manifiesto que su formación ha sido compleja y en buena medida sorprendente. Las investigaciones actuales sobre la historia de Israel y los orígenes de la Biblia han concluido que acontecimientos como los del éxodo de Egipto o la construcción del templo durante el reinado de Salomón no pueden considerarse sin más como hechos históricos. En este sentido, la pregunta sobre el origen de los principales relatos del Antiguo Testamento y su incorporación a las Sagradas Escrituras está reclamando explicaciones diferentes. Y no solo la historia de Israel; también las colecciones de los evangelios y las primeras cartas apostólicas que integran el Nuevo Testamento deben ser examinadas desde presupuestos distintos. En esta obra se describe el largo proceso de composición del Libro más conocido del mundo, explicando cómo las historias antiguas, los cantos, los dichos y las leyes sapienciales que aparecen en sus páginas, junto con las cartas a las primeras comunidades cristianas y los relatos sobre Jesús de Nazaret, evolucionaron hasta convertirse en escritos sagrados para los diversos grupos judíos y cristianos.