En un primer momento, este título puede referirse a las parábolas según el evangelista san Lucas. Sin embargo, al leerlas en conjunto, sobresale el valor y la primacía que el evangelista otorga a los predilectos de Jesús: los pobres, los pequeños, los publicanos, los pecadores, los niños, las mujeres, y de manera especial, a las viudas. A lo largo del libro, se evidencia el valor único de cada persona en su individualidad. Una semilla de mostaza, una oveja perdida, una moneda extraviada, un hijo que se aleja... Más allá del significado particular de cada imagen, destaca la valoración de lo pequeño, lo pobre y lo marginado: las verdaderas perlas del tesoro. Otra constante que se descubre en los ejemplos que utiliza Jesús para expresar su buena nueva es el derroche de amor y misericordia. El sembrador esparce la semilla sin medida, el padre sobrepasa lo imaginable al acoger al hijo menor, y al banquete son invitados todos los marginados. Tienes en tus manos un texto que revela hasta dónde llega la prodigalidad de Dios, manifestada a través de su Hijo, quien se hizo pobre para enriquecernos a todos. El 2025, Año de la Esperanza, se convierte en un tiempo especial para acoger la misericordia divina.