La revolución de 1934 causó los primeros 39 mártires del siglo XX en España. Este libro ofrece el primer panorama completo de esos testigos de Jesucristo. Los más conocidos son los santos Mártires de Turón y los beatos Seminaristas mártires de Oviedo. Murieron perdonando. Fueron víctimas ese ídolo moderno llamado Progreso, que sigue desorientando tantas vidas y amenazando la convivencia. Su memoria estimula la reconciliación y nutre la esperanza que no defrauda. Uno de los mártires de 1934 tenía sobre su mesa el crucifijo que ilustra la cubierta. Había grabado al dorso las palabras del Maestro: «amad a vuestros enemigos; haced bien y prestad sin esperanza de recibir nada por ello; y será grande vuestra recompensa y seréis hijos del Altísimo, porque Él es bueno aun para los ingratos y malos».