Símil de la reconocida vida universitaria de Oxford, hallamos la ficticia ciudad de Christminster, cuyas torres susurran los últimos hechizos de la Edad Media. En este lugar se conforma una divertida e irónica descripción de la vida estudiantil de los hermanos Faringdon, a quienes les encanta escuchar todo acerca de los vecinos, pero mucho menos tener que relacionarse directamente con ellos. Las obligatorias visitas de cortesía a la hora del té se convierten para ellos en un escenario en el que la sociedad de su tiempo, marcada por el periodo entreguerras de los años 30, representa sus preocupaciones, sus pasiones y sus pesares. A través del mosaico de personajes excéntricos y memorables que rodean a los protagonistas descubrimos la habilidad del autor para abordar los temas más humanos con el estilo más sutil y mordaz. De esta forma, la imperturbable hipocresía y los perennes chismes de Christminster componen una tragicomedia característica de la literatura inglesa del siglo XX. «Robert Liddell es uno de esos novelistas que se sientan tranquilamente a escribir clásicos durante toda una vida»