¿Qué imaginas cuando piensas en una persona austera? ¿En alguien tacaño? ¿Poco lustroso? ¿Desprendido con sus cosas? Nada más lejos de la realidad que nos muestra Loreto Gala, quien, con su familia, lleva un estilo de vida basado no solo en el sentido mismo de la austeridad, también el de la sostenibilidad y la libertad para cuidarnos a nosotros mismos y al mundo que habitamos. Porque si soy austero, comprendo que no necesito un armario lleno de prendas que ya me pondré si surge la ocasión. Si soy sostenible, entiendo que he de prestar más atención a los alimentos que como y a los recursos de los que dispongo. Nadie dice que esto sea fácil, pero Loreto nos revela la plenitud que podemos experimentar al darle valor a las cosas, a mantenerlas durante generaciones, no solo las materiales, sino aquellas tan valiosas y a la vez tan intangibles.