Cuando en 1955 atravesaba por primera vez el umbral del viejo edificio barcelonés de Seix Barral, Jaime Salinas no sospechaba que durante los siguientes treinta años iba a protagonizar una profunda transformación del mundo editorial español. En efecto, su gestión al frente de sellos tan fundamentales como Alianza, Alfaguara, Aguilar o el mencionado Seix Barral le permitió idear proyectos imaginativos, modernizar catálogos y, sobre todo, ser un testigo privilegiado de las grandezas y vanidades de escritores, agentes y editores, desde los sesenta en adelante, retratados en estas páginas de forma implacable. La copiosa correspondencia que Salinas mantuvo durante años con su pareja, el escritor islandés Gudbergur Bergsson, sumada a numerosos testimonios personales, le ha permitido al profesor Enric Bou armar este libro, que funciona como unas singulares memorias. Jaime Salinas aparece en ellas como un observador irónico y agudísimo, tan sincero como desencantado, de las flaquezas, envidias, maldades y polémicas de la vida literaria española, llena también, no obstante, de talento, inteligencia y poder creativo. Cuando editar era una fiesta es sobre todo el fascinante retrato de una época y un país en el que un puñado de autores y editores lucharon contra los elementos para dejar atrás la desidia cultural.