Reflexionar sobre el relativismo ético, como se hace en este libro, es una necesidad en un mundo donde las diferencias culturales, religiosas y morales se entrelazan más que nunca. Los consensos morales tradicionales se han roto. Las causas son muy diversas: el cruce de culturas en una misma nación, los desafíos morales derivados del desarrollo tecnológico (como la IA o las posibilidades de la manipulación genética), la secularización de los países de tradición cristiana El relativismo trata de convencernos de que cada uno tiene su «código ético», tan legítimo como el de cualquier otro; un «código» que muchas veces depende solo del contexto cultural y social en el que cada cual se ha formado. Este este libro, lleno de sentido común y de sentido del humor, es una propuesta sobre cómo pensar las diferencias sin caer en el relativismo, sobre cómo justificar el aprecio a las culturas con el respeto a unos principios éticos universales, sobre cómo se decide qué es correcto en un mundo donde los «valores» parecen tan diversos, y sobre cómo plantear una educación moral sin imponer dogmas.