El ser humano es una criatura con un foro interno incompleto, y por eso vive inquieta de continuo, aunque intente disimularlo multiplicando sus actividades. ¿Qué es eso que siempre echa en falta? Muy sencillo, le falta Dios. El Creador y la criatura están hechos el uno para el otro: Dios es infinito como don, mientras que el hombre lo es a la hora de recibir. En este libro Forlai analiza la dimensión contemplativa de la oración cristiana, esa oración en la que es Dios quien obra en nosotros, se comunica con nosotros y nos transfigura. En otras palabras, esa oración en la que actúa el Espíritu y nosotros nos abandonamos en él.