Mientras trascurría mi crisis de mitad de la vida, y me encontraba a solas con el Señor en la Trapa, la Hna. Benedicta me alcanza un librito amarillo: «Un Viaje al Hondón del Ser». Lo «tragué» en tres días y me enamoré. ¡Ya ahí logré sanar mucho! Y me dije a mí misma frente al Señor: «¡Esto le va a hacer bien a muchos!… ¡Señor, ayúdame a darlo a conocer!». Las ganas de compartirlo me llevaron a formar un primer grupo con amigas del colegio… con quienes al abrir nuestra alma vislumbramos respuestas a nuestras heridas fundantes… continué con mis padres y hermanas… ¡Con asombro obtuve el sí de todos! ¡Qué enorme desafío! y… ¡qué linda oportunidad para conocernos, aceptarnos y sanarnos!¡Esto me permitió tener coraje para convocar a mi marido, Marcelo, y a mis nueve hijos, adaptando el lenguaje y las dinámicas para adolescentes y niños!… Vamos abriendo caminos de apertura, de diálogo familiar, nutritivo y enriquecedor insuperables… Y… siguió creciendo y surgió el grupo de vecinas, entre las que se encontraba mi cuñada, ¡que a su vez me pidió formar otro «Hondón» con la familia política! ¡Una experiencia DIVINA! He experimentado que no importa nuestro nivel de madurez en la Fe: la psico - espiritualidad, como la concibe Paloma, nos involucra a todos, grandes y chicos, con o sin fe. En estas me encuentro, ¡feliz con los siete talleres del Hondón! Tuve la bendición de conocer a Paloma, la abracé y agradecí el HONDÓN, esta herramienta tan valiosa y transformadora. Cada encuentro comienza y termina con la Oración Centrante, luego compartimos uno de los capítulos del HONDÓN, hacemos una dinámica, y Dios se encarga del resto. ¡A todos, creyentes o no, se lo recomiendo! Inés Ruete de Elía – Buenos Aires