En 1577 el fraile carmelita descalzo Juan de la Cruz fue apresado y encarcelado en Toledo. Se le acusaba de desobediencia, rebeldía y contumacia por negarse a cejar en su propósito de reformar el Carmelo junto a la madre Teresa de Ávila. Durante casi nueve meses, aquel frailecillo descalzo permaneció preso en condiciones infrahumanas; pero en la total sobriedad de aquella reclusión, en la intimidad de su celda, la inspiración divina le llevó a componer el Cántico Espiritual. En las páginas de este libro, el autor nos conduce junto a San Juan de la Cruz para compartir con él la profunda y transformadora experiencia de aquellos meses de cautiverio hasta su fuga en agosto de 1578. Tras nueve meses preso, se alumbraba finalmente el nacimiento de un hombre nuevo y transformado en la presencia sagrada del silencio.