Guiada por la Señora del Rosario, a 13 de junio de 1917 fue llamada para difundir por el mundo la devoción al Inmaculado Corazón de María, viéndose a sí misma dentro de la luz que irradiaba de Sus santas manos difundiéndose sobre la tierra. Asumiendo la misión con determinación, mostró que la santidad consiste en «¡vivir la Luz de Dios que habita en mí, vivir en la Luz, vivir de la Luz y vivir para la Luz!» (Diario, 18.06.1970).
[…] Aunque viviendo en clausura, su vida hizo de su celda un lugar abierto a un horizonte mundial, indicando «el camino hacia la morada de la luz» (cf. Jb 38,19) y de la paz. Decreto sobre las virtudes heroicas de la Herman Lucía de Jesús y del Corazón Inmaculado, OCD